Es una ironía que mientras el hombre aprende más de la naturaleza cada día, mientras descubre la composición de las brillantes estrellas y comprende la estructura de los diminutos átomos, mientras puede irrigar un desierto y aprovechar la energía del Niágara, aún sea incapaz de hacer por sí mismo las cosas más simples, las cosas que realmente importan. En muchos casos es incapaz de afronta el miedo, el dolor, doblegar algunas de las enfermedades más comunes, alejar la ira o la depresión, o muchas veces, utilizar con eficiencia sus poderes mentales.
Todo esto se debe a que el hombre se ha dedicado a mirar hacia el exterior en busca del dominio , en vez de mirar el interior , y a que busca la causa en lo que en realidad es el efecto.
El dominio que usted busca lo encontrará en su propia mente. Siembre allí la paz. Cultive el entendimiento de Dios buscando Su presencia a diario y descubrirá que las cosas exteriores se arreglan solas.
“Buscad, pues, primero el reino y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura”. Mateo 6:33.